La diversidad biológica o biodiversidad es un concepto acuñado en 1986 por Walter Rosen[1], contempla una amplia pluralidad de especies en la tierra, incluye la diversidad ecosistemas y especies, de regiones y de hábitats; es decir una nueva forma de envolver a la complejidad de la vida en la tierra y a todos los que formamos parte de ella.

La biodiversidad nos mantiene vivos y permite que todos los sistemas continúen, las actividades humanas, las aportaciones ambientales y la permanencia de la Tierra como la conocemos.

Este concepto también se integró en las legislaciones y políticas públicas del mundo a partir de la Cumbre de la Tierra para el Desarrollo Sustentable de 2015, con metas claras para su conservación, protección y aprovechamiento sustentable.

Así, se celebró la Convención de Biodiversidad[2], para atender la preocupación de la pérdida de biodiversidad, concluyendo con acuerdos multinacionales claros y metas[3] a cumplir para el año 2030.

México necesita ser más enérgico en su política pública y hacer los cambios normativos necesarios para el cuidado del medio ambiente. Es decir, velar por el interés superior del medio ambiente para la protección y defensa de la biodiversidad.

Para esta Dirección Jurídica la defensa de la biodiversidad es posible solo sí se tienen claras las protecciones a todo lo que ésta implica, es decir, ecosistemas, recursos naturales (agua, tierra, minerales y el aire), especies de flora y fauna (micro y macro), y recursos genéticos (hongos, bacterias, virus y genes).

Y, ante la llegada de estos nuevos conceptos hemos promovido cambios para incorporar los compromisos internacionales y la protección del ambiente. Hacer una nueva ley o modificar la existente, contemplar no solo el concepto de Biodiversidad sino también de Bioculturalidad, paradigmas que también incluyen que la cultura de una región o país influye en su hábitat, su riqueza natural y en cómo se utilizan las aportaciones de la naturaleza.

Imaginemos distintas culturas, unas han usado el agave azul desde tiempos ancestrales para hacer no sólo tequila sino también dulces, miel, textiles. Ahora, del otro lado del país no hay agave, pero tienen henequén, con el que han desarrollado su economía, arte y conocimientos ancestrales a través de esta fibra.

La riqueza de la biodiversidad de nuestro país ha permitido que muchas culturas se caractericen por la forma en que transforman los recursos naturales para su sustento, trabajo e identidad.

Entonces a nosotros nos toca defender de igual forma las distintas biodiversidades y bioculturalidades de nuestras regiones, a través de las áreas naturales protegidas. Los abogados debemos no sólo entender las leyes sino también las necesidades propias de cada pueblo.

Defender la biodiversidad involucra las formas de vida de la naturaleza, de la que dependen las personas en un ciclo continuo, que si se rompe se puede perder para siempre.

La defensa de nuestras áreas naturales protegidas continúa…

Hasta pronto Aulladores.

Autor: Dirección de Asuntos Jurídicos

[1] La palabra la utilizó por primera vez Walter G. Rosen en 1986 al convocar en Washington el National Forum on BioDiversity.

[2] Convencion de Biodiversidad,

[3] Metas Aichi