El 29 de septiembre celebramos en México al Maíz, la base de nuestra alimentación, la riqueza de la tierra, el conocimiento ancestral del cultivo, el símbolo de unión igualadora, lo sagrado y lo nacional, todo lo que somos y de dónde venimos.

El maíz constituye la biodiversidad heredada, y hoy por hoy hay sesenta y cuatro tipos de maíz de los cuales cincuenta y nueve son nativos. Esta biodiversidad se encuentra en todo el territorio y es protegida también dentro de las Áreas Naturales.

Es en los territorios comunitarios, las tierras ocupadas por pueblos originarios y comunidades agrarias en su gran mayoría es donde se encuentran los bienes a naturales a proteger, el agua, el bosque y la montaña que rodea lugares especiales donde todavía se cultiva maíz de formas ancestrales, sin químicos, sin industrialización, con conocimientos que han pasado de generación en generación desde épocas precolombinas.

Conocimientos que a su vez son cultura, pero también una forma más de conservar la biodiversidad, que atiende a lo que se produce, a los animales que viven de ciertas formas de cultivo y al aprovechamiento de las contribuciones de la naturaleza de manera sustentable. La propuesta es atesorar la Agrobiodiversidad que es “la diversidad que nace de la intersección de la diversidad biológica y cultural, y que gira en torno a cuáles son los alimentos, fibras y medicinas de origen natural y cómo se producen”.

En este periodo de gobierno, la Conanp ha visto la gran necesidad de proteger estos territorios comunitarios de conservación y darles un giro de preservación no sólo desde el contenido meramente natural sino también del conocimiento que es testamento de la gran riqueza de nuestro país.

Ante la necesidad de proteger más que la naturaleza, se ha propuesto se añada una categoría de protección de la Agrodiversidad, en la que se reconocen lugares como la Chinampa, Ich Koll (la milpa maya), Eukaro (siembra de traspatio), Metepantli (pared de magueyes), Tajos (en montañas altas), Tlacocol (milpa de roza y tumba) y todos los demás sistemas de agricultura que provienen de los grupos étnicos y las adaptaciones de cada región a la producción de alimento.

El maíz en México cambia tanto de una región a otra como de un grupo a otro, así que la educación de cómo cosechar el maíz en México es infinita, abundante y enriquecedora. Y sin embargo habíamos olvidado su importancia, cada raza de maíz nativo puede contener muchas variantes que se diversifican en formas de mazorca, color y textura de grano, adaptaciones y diversidad genética; y estas a su vez en como se utilizan y qué platillos se preparan dependiendo de la región.

Estas variedades que se han producido de manera natural durante cientos de años y que son muy distintas a la que promueven ahora empresas dedicadas la modificación genética.  Una cosa es la mezcla de estas especies entre ellas, es decir la mejora del maíz con el maíz; y otra muy diferente la mezcla de la genética del maíz con genes de insectos y otras especias de flora o fauna lo que se llama Organismos Genéticamente Modificados o OGMs.

La modernidad hizo que casi permitiéramos el uso de estos Organismos Genéticamente Modificados como el Maíz amarillo, situación que no sólo dañaría la riqueza genética nacional, el patrimonio natural, sino también la soberanía alimentaria del país. Los OGMs promueven una dependencia económica constante, la baja en producción eventual de la semilla de mas del treinta por ciento, la contaminación cruzada con otras especies nativas, el daño a los polinizadores y el uso continuo de plaguicidas y fertilizantes químicos.

Es por eso que, desde el sexenio pasado se prohibió la importación de maíz genéticamente modificado y en general la importación de las semillas modificadas que sean para el consumo humano, ya que a pesar de que se conocen los daños, la industria que produce estas semillas sigue ignorándolos.

Defender el patrimonio natural, los conocimientos ancestrales y a los pueblos y comunidades desde la Comisión es indispensable en la tarea del gobierno, respetar la interrelación e interconexión del hábitat resulta en asegurar la conservación.

Ignorar estas zonas y sus habitantes fue un error que se corrigió en el artículo 2°Constitucional el año pasado y que implica reconocer que ellos puedan “Artículo 2° fracción XII. Ejercer su derecho al desarrollo integral con base en sus formas de organización económica, social y cultural, con respeto a la integridad del medio ambiente y recursos naturales en términos de las disposiciones jurídicas aplicables”.

Celebramos al Maíz, a los agricultores y a los pueblos originarios que continúan siendo parte fundamental de la cultura y alimentación del país. Proponemos continuar creando y aplicando instrumentos que coadyuven a su protección y comercialización. La población en general tenemos derecho a una alimentación libre de genéticamente modificados, al resguardo de nuestro patrimonio alimentario y sobre todo a generar en cada decisión y política pública, la Soberanía Nacional.

Autor: Dirección de Asuntos Jurídicos