
La agroecología ha sido una de las alternativas que impulsa la aplicación de prácticas ecológicas, que combina la tradición del cultivo de los alimentos según las tradiciones de cada pueblo. Este sistema plantea la integridad de la reducción de la biodiversidad y el uso de agroquímicos con la integridad social familiar para la producción alimentaria.
Actualmente, los sistemas agroalimentarios generan grandes volúmenes de alimentos, lo que ha provocado que se incremente la deforestación, escasez de agua, agotamiento del suelo y, por ende, la pérdida de biodiversidad.
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), a través del Monumento Natural Bonampak, impulsa el Huerto Agroecológico Hach Winik, un proyecto empujado por jóvenes lacandones, donde la soberanía alimentaria, las tradiciones ancestrales y la conservación del medio ambiente son parte de su estandarte.

Esta iniciativa demuestra que en las Áreas Naturales Protegidas (ANP) es posible conservar produciendo y producir conservando, principalmente desde los saberes y conocimientos ancestrales, con voluntad comunitaria por la garantía a la salud humana, cultivo sustentable y soberanía agroalimentaria.
El grupo está integrado por 20 jóvenes, hombres y mujeres, que con entusiasmo comenzaron a trabajar. Lo hicieron apoyados por sus primeros maestros, padres y abuelas y abuelos lacandones quienes, a través de los años, y de generación en generación, han transmitido su conocimiento sobre la siembra de la milpa y la producción de alimentos.

Junto con sus enseñanzas se sumaron nuevas técnicas agroecológicas aprendidas con el apoyo de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), logrando así, una mezcla de tradición y conocimiento actual que ha permitido la producción y una provechosa cosecha de agroecología lacandona.
Como jóvenes lacandones sienten la responsabilidad de dar a conocer su cultura y los saberes agroecológicos heredados de sus abuelas y abuelos. Además, buscan reconocer la importancia de estos valores, tradiciones y el rescate de estas prácticas milenarias que buscan ser una respuesta al cuidado del planeta.

Por lo anterior, están comprometidas y comprometidos con sus creencias, imparten pláticas y talleres en escuelas y comunidades cercanas; llegando a jóvenes, niños, niñas, adultos y, de manera particular, a las mujeres, que son fundamentales en la transmisión de la cultura y cuidado de la tierra, fomentando su empoderamiento en la producción alimentaria.
Hoy, en el huerto se cultivan hortalizas, plantas medicinales, ornamentales y se mantiene una pequeña área dedicada a la milpa tradicional lacandona. Se ha logrado diversificar la producción elaborando ungüentos y chiles en conserva. Asimismo, se realizan talleres para dar a conocer sus beneficios para la salud y el medio ambiente.
Cabe recalcar que en el Huerto Hach Winik, los productos son completamente naturales y libres de agentes químicos que dañen al planeta o a las personas.
De cara al futuro, este grupo busca la consolidación y el crecimiento económico; son jóvenes que conocen los retos a enfrentar, como los terrenos poco favorables para el cultivo, combate a las plagas y la necesidad de elaborar sus propios insumos para enriquecer la tierra y generar alimentos de calidad. Sin embargo, tienen la certeza de que el desarrollo económico familiar, a través de la producción de alimentos sanos es la alternativa para la sanidad de los ecosistemas, la protección de la biodiversidad y el fortalecimiento de las tradiciones ancestrales de los pueblos lacandones.

Con el Huerto Agroecológico Hach Winik se contribuye directamente a la conservación de los recursos naturales y a la producción alimentaria sin el uso de químicos que dañan la biodiversidad y la salud humana.
Por: Bricelly Esmeralda Mendoza Kin